26 de septiembre de 2010

Mi tierra



Antes de volver a plasmar ideas nuevamente con uno nuevo de mis "ires y venires", un saludo a todos los que habéis navegado por esta orilla, atraídos por mis aires del fondo, mil gracias a todos los que desde cualquier rincón del globo habéis atracado vuestro barco un rato aquí, deteniendo vuestra travesía, cuando se están a punto de cumplir un millar de visitas, pero sobre todo mis corrientes me llevan hoy a recordar especialmente tierras egipcias. Ahí voy:

"En determinados momentos dejamos que sentimientos encontrados, aunque en la distancia, vuelvan a florecer en nuestra piel, porque no dejo de pensar que en cierto modo debo siempre estar agradecida a como soy, me guste más o menos, a la tierra que me vio nacer y crecer, y que de alguna manera me ha dado la raíz para mi evolución. Quizá, en estos días mi melancolía sea mayor por una única razón: es la época en la que más me acuerdo de ella.

Hasta aquí me llega su olor a un futuro vino que se recoge durante estos días, en la que los encargados de hacerlo, cuentan como los que estamos lejos, los días, las horas, los minutos y segundos en el que demos paso al amanecer más soñado y deseado por todos a lo largo del año. Ese amanecer que nos muestre los aires de fiesta donde aunemos sentimientos, vivencias, recuerdos,…, el amanecer que ondea en forma de banderas que se muestran a través de nuestras ventanas y balcones.

El primer amanecer que sumará peticiones de los que siempre llevaremos ese olor para evocar su recuerdo a lo largo de todo el año, para volver a revivirlo una añada tras otra hasta que nuestro corazón deje de palpitar.

El sol asoma entre los cerros que dan forma a ese sitio mágico, para cuando nos encontramos cerca de nuestra meta, haciendo de faro para los navegantes que se organizan desde días anteriores, para hacer las maletas, para llegar puntuales a la cita, cuando las campanas de la torre del campanario marquen la hora del comienzo de todo. En ese instante la pólvora, vuela con potencia hacia el cielo, levantando nuestros corazones a las nubes, para reencontrarnos con esos seres que por un momento vuelven a la tierra para revivir esa pasión, el comienzo de todo lo que nos da sentido.

En estas fechas nuestros conciudadanos se duplican desde todos los rincones de nuestra geografía, escuchan la misma llamada, nadie quiere llegar tarde, es la culminación de un sueño, de un reencuentro, de emociones difíciles de explicar, sólo se muestran a través de nuestras miradas más humildes envueltas en lágrimas por la misma pasión.

Tres días en el que nos sentimos iluminados por esas doce estrellas que adornan tu extensa figura dorada.

Mi memoria camina en este tiempo más rápido que el mismo reloj que marca las horas, deseo con todo el fervor del mundo que pasen cinco amaneceres más, porque me quedarán unas horas para disfrutar de algo inexplicable. Espero que no sólo sea yo, sino que sean muchos más lo que compartan mis mismas alegrías.

Y ansío con todas mis fuerzas que todo suceda, porque ahora más que nunca necesito de esa energía con pilas renovadas que recojo en estas fechas, para poder seguir en pie, en sueños camino sigilosa por el sendero de las primeras pámpanas que caen marcando el paso de ese tiempo de ocio, que es el verano, al otoño, en el que los atardeceres son infinitamente bellos".

SOCRA